La cementera de Córdoba no es un peligro. La valorización de residuos es, hoy en día, una pieza clave para el tan perseguido ‘desarrollo sostenible’, que no es más que el hecho de conseguir el equilibrio entre el sistema de producción de las empresas, con la preservación de la salud ciudadana y el respeto al Medio Ambiente.

La valorización no es otra cosa que aprovechar la basura y residuos que generamos diariamente para producir energía limpia. Es lo que se conoce como darle un uso eficiente. Precisamente es lo que va a hacer la fábrica de cemento de Córdoba que sustituirá en su proceso productivo fósiles (como el carbón o derivados del petróleo) por esos residuos, para obtener la materia prima del cemento. Además de que es una alternativa al reciclaje, reduce las emisiones de partículas contaminantes y ayuda a mantener el empleo para centenares de familias.

Desde que se conociera la noticia, se ha formado en la ciudad una opinión muy cerrada, sesgada y alarmista de que la cementera es un auténtico peligro para los cordobeses. La producción de cemento genera dioxinas (agentes cancerígenos) que llevan a una falsa conclusión de que es un riesgo importante  de cáncer para la población. Nada más lejos de la realidad. Es más probable que una persona muera por un infarto (1 de 3.200), en un accidente de tráfico (1 de 23.000) o por gripe (1 de 200.00), que por cáncer contraído por la exposición a las dioxinas de una cementera (cuya probabilidad es de 8.200.000).

Junto con el reciclaje, la valoración energética es el futuro de la basura. En ello España también está a años luz de Europa, donde la llevan practicando 20 años. En Holanda la valorización de residuos supone el 83% frente al 15% de España, donde seguimos optando por acumularlos en los vertederos a las afueras de las ciudades. ¿no es eso quizás más nocivo e insalubre?. 

Los datos lo demuestran. La valorización es la mejor alternativa. No solo reduciría los espacios destinados a los vertidos, sino que además permite aprovechar al máximo la energía y los minerales, ahorra combustible y disminuye la emisión de partículas (eminentemente C02). Además de ser una fuente de riqueza y mantenimiento del empleo en la ciudad.

La cementera no es una incineradora al uso; es una alternativa medioambiental limpia, eficiente, pero sobre todo, segura y sostenible

 

Antonio García Aperador.

Secretario General Metal, Construcción y Afines, Federación de Industria

De UGT-Córdoba