Madrid se convirtió una vez más en el centro de las protestas de los ciudadanos procedentes de todos los puntos del país y de diversos sectores profesionales, afectados directa e indirectamente por la política económica, fiscal y laboral del Gobierno de Mariano Rajoy.

La defensa de la industria -integrada por MCA-UGT- fue protagonista en la marcha de la manifestación con una gran pancarta que reclamaba ayudas al sector y erigirlo como el motor del nuevo modelos productivo para el país.

La protesta estuvo conformada por una serie de "mareas" de colores que representaban a los diversos colectivos ataviados con camisetas de colores diseñadas de lemas y críticas al Gobierno. Así las organizaciones sindicales iban representadas por el color rojo, el colectivo contra la violencia de género con el color violeta, los docentes con camisetas verdes, los empleados públicos con el naranja o la sanidad con el blanco, entre otros.

Todos se concentaron en la Plaza de Colón donde los principales responsables sindicales de UGT y CCOO apelaron a la responsabilidad del Gobierno con los ciudadanos y la preservación del Estado del Bienestar frente a los preceptos europeos y de los mercados financieros.