40 aniversario del 4 de diciembre por Andalucía

40 Aniversario del 4 de diciembre por Andalucía

03/12/2017 |

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El pueblo andaluz tomó  la calle para reivindicar su derecho a tener las mismas cotas de autogobierno que las llamadas ‘comunidades históricas', dejando  clara su voluntad de acogerse al artículo 151 de la Constitución Española.  En la gran convocatoria participaron organizaciones políticas, sindicales, sociales e instituciones, sumándose un amplio espectro de la sociedad civil. Sin esta masiva respuesta no hubiesen sido posibles los resultados obtenidos en  el referéndum  del 28 de febrero de 1980.

El 4 de diciembre fue un día festivo en el que como pueblo supimos ver que no podíamos dejar pasar el tren que el momento histórico nos ofrecía. Éramos un pueblo castigado por la emigración, el paro, el analfabetismo  y unas condiciones de vida inferiores a las del resto de España, convertida en el granero de mano de obra barata por la Dictadura franquista,  pero empezamos a tomar conciencia y nos rebelamos, sabiendo y entendiendo que solo una  respuesta contundente, aunando voluntades, intereses, y compromiso,  reclamando igualdad de trato y dignidad,  podía salvar a nuestra tierra del abandono histórico que sufría.

Por ello, salimos a la calle, reclamando un marco autonomista con competencias suficientes para  abordar las deficiencias y desequilibrios que históricamente veníamos padeciendo. Pero, lamentablemente, este día se tiñó de luto, cuando en el desarrollo de  la multitudinaria  manifestación que se estaba celebrando  en Málaga, supimos del asesinato del compañero Manuel José García Caparrós, por disparos de la policía.

El asesinato de Caparrós no hizo más que demostrar que, aunque el dictador llevara muerto dos años, la dictadura seguía viva. Solo la lucha de organizaciones políticas y sindicales, como CC.OO. y U.G.T., que reclamaban libertad y democracia, provocó que la misma comenzara por aquel entonces a agonizar.

Tras las primeras elecciones en junio de 1977, se abre un proceso constituyente, siendo el debate territorial uno de los más espinosos a la hora de llegar a un consenso en el texto de la Carta Magna, ya que se partía del reconocimiento de las llamadas  `comunidades históricas', y de la concesión de las llamadas `preautonomías' ya  antes de la Constitución. Se implantaba  el convencimiento de que el acceso a la autonomía de las nacionalidades y regiones se iba a producir necesariamente a  dos velocidades: por la vía rápida, del artículo 151 de la CE, para las  comunidades históricas (Cataluña, País Vasco y Galicia); y por la vía lenta, del artículo 143 de la CE, para el resto de las comunidades. A Andalucía se le pretendió negar el mismo trato que a las comunidades históricas.

El tránsito no fue fácil y una vez aprobada la Constitución, tras el referéndum celebrado el 6 de diciembre de 1978, los andaluces y andaluzas  tuvimos que  movilizarnos de forma masiva, nuevamente, esta vez en las urnas el 28 de febrero de 1980,  porque  la  vía del artículo 151 de la CE exigía que la  iniciativa autonómica fuera ratificada mediante referéndum, convocado mediante ley orgánica, por el voto afirmativo de la mayoría absoluta de los electores de cada provincia implicada.

Sin embargo, y a pesar de los obstáculos y dificultades impuestas por el gobierno central, (entonces la extinta UCD) conseguimos superar los resultados exigidos por el plebiscito, siendo Andalucía la única comunidad  que finalmente accedió a la autonomía por esta vía,  y con ello la plena equiparación en materia autonómica con los territorios considerados "históricos".

La masiva respuesta en el referéndum fue, indiscutiblemente, fruto de la movilización del 4D, y esto supuso dar un paso más hacia la consolidación de la autonomía plena.

El modelo territorial consagrado en el capítulo VIII  de la Constitución Española, ha posibilitado avances económicos y niveles de derechos civiles, económicos y sociales nunca antes conocidos en nuestro país. Los avances jurídicos traducidos en derechos  han beneficiado por igual a la totalidad de los habitantes y de la ciudadanía de nuestro país, al mismo tiempo que se han preservado y desarrollado sin trabas ni cortapisas la singularidad de las identidades culturales y lingüísticas.

En el momento actual donde todos estamos inmersos y directamente implicados en el debate de reforma o revisión, Andalucía deberá pronunciarse, proponer y participar en el necesario diálogo que se pretende abrir entre todos los llamados (el poder constituyente) para decidir sobre esta nueva andadura política. Partiendo de una visión global de nuestro país, que no centralista, consideramos que el conjunto de la riqueza del territorio Español, es la generada por el trabajo, las iniciativas de producción, el capital humano y el aporte de las materias primas de todos los territorios más el esfuerzo de los trabajadores y trabajadoras. Por ello, el conjunto de los derechos, servicios o prestaciones públicas deben equipararnos a todos en plano de igualdad.

Los andaluces y andaluzas nos reafirmarnos en nuestra solidaria visión propia, Nacional y Universal reflejada en la letra de nuestro himno: "Sea por Andalucía Libre, España y la Humanidad ".

Y en nuestra aspiración de alcanzar el máximo nivel de autogobierno que permita el texto constitucional, con las competencias y recursos necesarios, exigiendo un modelo de financiación justo, equilibrado, solidario, transversal y equitativo, basado en la equidad y solidaridad interterritorial.

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