Debemos ser conscientes que los cambios que ha sufrido nuestra sociedad a lo largo de este siglo, ya sean por la crisis que hemos vivido de forma cíclica, los cambios producidos en la oferta laboral, la pandemia en la que todavía estamos sumidos, el aumento del envejecimiento de nuestra población, etc… todos estos hechos han provocado que muchos de nuestros convecinos, vivan en situaciones límites en sus hogares, en muchos casos hay que decidir entre pagar facturas o comer, jóvenes que no pueden independizarse porque sus salarios son muy bajos y no les permiten poder desarrollar su vida fuera del hogar familiar.

En nuestra provincia encontramos a numerosas familias que viven por debajo del umbral de la pobreza:

• Huelva cuenta con una población mayor de 16 años de 439.300 (EPA).
• La situación de los hogares según los activos en Huelva son de:
• Hogares con activos: 150.600.
• Hogares con ocupados: 120.900.
• Hogares con todos parados: 010.300.
• Hogares sin activos: 048.500.

 

• Todo ello, de un total de 199.000 hogares.

Cada una de esas familias,  representa un drama, donde los más afectados son niños y mayores, que viven sin unas condiciones dignas en su vida diaria, como son la falta de una dieta adecuada, de unas condiciones dignas en sus viviendas o en el caso de los menores el no poder acceder a una educación de calidad ya que no disponen de los dispositivos electrónicos ni las redes necesarias para poder desarrollar su vida educativa, dato que ha quedado muy claro en los meses que hemos vivido de pandemia, con la educación virtual que tuvimos en 2020.

Si observamos los datos de la EPA, vemos que la pobreza en muchos casos, tiene cara de mujer con hijos a su cargo, donde el único ingreso que entra es su sueldo, en el caso que tengan empleo, porque debido a la dificultad de la poder conciliar familia y trabajo, les resulta más difícil poder mantener su puesto de trabajo.

En nuestra provincia, encontramos campamentos de la vergüenza, en las zonas agrícolas, donde malviven miles de personas de otros países que llegaron a nuestra tierra buscando un futuro mejor, solo han encontrado la miseria de la que huían, pero en la soledad de un país que no es el suyo y sin el apoyo emocional de sus familias.

Todos nosotros, en algún momento de nuestro día a día pasamos por la puerta de un comedor social, podemos ver a numerosas personas haciendo cola para poder hacer una comida caliente ese día, ahora con el comienzo del curso escolar, los padres pueden respirar algo más tranquilos ya que sus hijos podrán comer en el comedor del colegio y en algunos casos se les facilita también la merienda, esto supone un respiro en la economía familiar durante los meses del curso.

En estos meses en los que vivimos una subida imparable de los precios de la luz, hemos sido testigos durante las olas de calor que hemos padecido, de cómo familias con menores o personas dependientes a cargo, no han podido tener una temperatura adecuada en sus casas, debido a que no podían hacer frente a la factura de la luz, ahora en puertas del invierno, nos volveremos a encontrar con esa problemática ya que la luz sigue con unas subidas inasumibles por parte de los más vulnerables.

En la sociedad del siglo XXI, no podemos permitir que haya personas que se queden en el camino por no disponer de los recursos básicos,  de un trabajo con un salario digno, que permita a todas estas personas poder vivir con dignidad su vida, aunque en estos últimos meses el gobierno aprobó el IMV, a instancia de UGT y CCOO, que presentamos la iniciativa legislativa popular ( ILP) para la creación de la prestación de unos ingresos mínimos, esto tampoco garantiza que esos hogares salgan de la pobreza,  simplemente disminuirá algo las situaciones críticas en las que viven a diario.

Desde UGT consideramos urgente avanzar hacia un sistema sólido y eficaz de protección social, garantista del ejercicio de derechos económicos y sociales, para lo que hay que aumentar la inversión pública e impulsar las reformas necesarias para luchar contra la desigualdad, la pobreza y la exclusión social.