Antes casi de ser ciudad, fue puerto. Por estas costas entraban y salían mercancías que se repartían por medio mundo. Su vida está marcada por el Mediterráneo. Los fenicios se asentaron aquí y convirtieron el poblado en ciudad. Fue puerto de referencia bajo el Imperio Romano, bajo la dominación Bizantina y árabe y sólo con la caída de Málaga el Reino de ...Granada, perdiendo el puerto más importante que lo comunicaba con el exterior, se resintió y comenzó a contar, hacia atrás, el tiempo que le quedaba de vida. Málaga fue puerto para los reinos cristianos del Mediterráneo y también el puerto de la Revolución Industrial.

Si durante mucho tiempo se dijo que Málaga vivía de espaldas al mar, también se puede decir que mucho empeño se puso en que esto no fuera así. Málaga hoy necesita de su puerto, oxígeno y corazón para su economía, puerto de entrada y salida de mercancías, de viajeros, del turismo. El puerto es parte integrante de la economía y de la vida de la ciudad.

Málaga necesita su puerto, necesita dinamizar su economía a través de un espacio privilegiado para los intercambios, el comercio y el turismo y para ello necesita gestores que, al frente de este proyecto, busquen su proyección exterior con impulso, ilusión e imaginación. La vitalidad del puerto significa la vitalidad de la ciudad, el impulso del empleo directo en el puerto implica el impulso al empleo indirecto a través del florecimiento del turismo, el comercio y de otros muchos sectores ligados a la actividad portuaria.

Pero Málaga necesita saber también qué ocultan las aguas del puerto, qué dinero se fue al fondo del mar perdido por una gestión desastrosa, por corrupción o por amiguismo.

Necesitamos saber qué pasó con el dinero público que se invirtió para hacer del Puerto de Málaga una referencia en el Mediterráneo y es por esto que nos manifestamos en defensa de nuestro Puerto: por su vitalidad, por su futuro, por el futuro de la ciudad: necesitamos un Puerto en Málaga que nos sitúe en el Mediterráneo con fuerza, como el referente que siempre fue y, además, en estos momentos de crisis, su impulso es un necesario impulso a nuestra economía.

Por Málaga, necesitamos el Puerto. Por el Puerto, necesitamos transparencia. Por la transparencia, necesitamos gestores dispuestos a tirar de la manta, ajustar las cuentas necesarias y dispuestos a mirar al futuro con confianza, honestidad y lealtad.

Nuestra ciudad lo necesita.

SALVEMOS EL PUERTO DE MÁLAGA